Hola
mis pequeños amigos y amigas.
Estoy
segura de que se habrán percatado de nuestra larga ausencia. No
tenemos excusa. ¡Qué poco profesional es mi equipo! Y yo la
primera. Sin embargo, no tienen de qué preocuparse, porque Mr
Murmurador ya se ha encargado de echarnos una buena reprimenda... No
volverá a pasar. ¡Lo prometo! Si tenemos que volver a ausentarnos
de la ciudad, les avisaremos.
Y
bueno, podría contaros la razón de nuestro viaje. Podría
describiros cada uno de los mágicos lugares que visitamos y los
recuerdos que se nos han grabado a fuego en la memoria. Ay, podría
contaros tantas cosas... Pero este periódico no recoge las noticias
de países lejanos. No, señor. Nosotros escribimos sobre las
novedades que ocurren en la ciudad que nunca duerme. ¡Así que allá
vamos!
En
esta ocasión vamos a centrarnos en el casi milenario Sebastian Hörg.
Estoy segura de que a más de uno les sonará ese apellido... Apuesto
a que muchos, como yo, son clientes habituales de su chocolatería.
¡Cómo para no serlo! Pociones y artículos mágicos de calidad
puedes encontrarlos en cualquier sitio, pero... ¿dónde vas a
encontrar eso mismo y CHOCOLATE en el MISMO local? ¿Eh? ¿DÓNDE?
Bueno, aunque aquí no vengo a hablar de las delicias que vende
-aunque podría escribir un artículo entero dedicado solo a su tarta
de tres chocolate si el jefe me dejara-, solo voy a aclarar que el
sitio vale la pena y que lo recomiendo.
El
caso es que se trata de un hombre de mundo... y de faldas. Oh, sí,
no hay más que ver la extensa progenie que ha dejado tras de sí.
Queda más que claro que a Sebastian le gustaba esparcir su semilla
allí por donde iba. Sin embargo, pese a ser un hombre de mirada
clara y sonrisa bondadosa, no parece haber sido un buen padre, porque
la mayoría de sus descendientes lo buscan en pos de venganza. En New
York residen, ahora mismo 2 hijos y 1 nieta -que nosotros sepamos,
claro- y todos, repito, TODOS sienten antipatía por él. Un poco
sospechoso me parece. ¿Tan malo es ese hombre que atiende detrás
del mostrador de esa magnífica chocolatería? Quizás debería ir a
preguntarle directamente -y de paso tomarme unos dulces-, o puede que
le sugiera a Kevin que le haga una entrevista -y de paso pedirle que
me compre unos dulces-.
Bueno,
en cualquier caso, les voy a contar brevemente lo que he podido
averiguar de la estirpe Hörg.
Por
un lado tenemos a Medea, la nieta. Según tengo entendido, Sebastian
dejó embarazada a su abuela para luego abandonarla. Entonces, sus
padres la echaron de casa y tuvo que salir adelante sola, sin ninguna
clase de apoyo. De hecho, quedó tan trastornada, que muchos años
después, acabó suicidándose. Puede que la joven culpe a su abuelo
por la infelicidad de su abuela, a la que nunca llegó a conocer. Sin
embargo, antes de pasar con el resto de los Hörg, debo destacar que
la he visto en compañía de un joven muy sospechoso. Como periodista
que soy, estoy acostumbrada a ser sigilosa y a seguir a la gente sin
que se de cuenta, de manera que no he podido evitar darme cuenta de
que este muchacho es como su sombra. En cuanto cae la noche, y si uno
sabe fijarse, podrá verlo, escondido, a muy pocos pasos de ella. ¿En
qué lío se habrá metido esta muchacha? ¿Por qué la sigue este
Hijo de Caín? ¿Quién es él? No les quitaré los ojos de encima, a
ninguno de los dos.
Después
tenemos a dos hijos por parte de Sebastian. George es el mayor y
Mikaela la pequeña, pero claro que, no tienen la misma madre.
George
tiene metido en su cabeza que es un bastardo porque nuestro querido
brujo lo abandono y su madre nunca le puso el apellido de su padre. Y
todas esas batallas y guerras que nos encontramos en los libros de
historia, él los ha vivido, osea que tiene que tener bastante
experiencia en la vida. Aunque teniendo casi 400 años es normal,
¿no? La razón de que merodee por la ciudad es que ha dado con el
paradero de su padre biológico. ¿Dará con él?
Mikaela
es otra historia. Vivió con su madre hasta que una señora la sacó
de su casa y la acogió. Pero la felicidad no duró mucho. Los hijos
de esta mujer no la querían y conforme la atacaban, iban muriendo,
por ello la comenzaron a tratar como un animal. Es un poco feo esto,
¿no? Bueno, a lo que vamos. Mikaela Aprendió de una mujer que
conoció en una taberna cuando escapó de la casa de esta familia y
descubrió su naturaleza. Parece que aún se siente perdida y por
ello, cuando averiguó el paradero de su padre, decidió ir a
buscarlo.
Y eso es todo chicos, siento no poder otorgarles más información,
pero es lo poco que he podido conseguir. Los veo en la próxima
entrega porque el jefe ya no va a permitir que nos retrasemos más.
P.D.:
Si alguien se quedó con curiosidad, puedo contarle la razón de
nuestro viaje si me invita a un café.